22.6.11

Límites.

Debí continuar con la decisión que tomé en su momento, aplazarlo sólo está consiguiendo hacerme más daño.
Ver como formo un bloque entre tu persona y tu felicidad me hace sentir más ruín si eso era posible.
No puedo aguantarlo más, no soporto todo esto, no me veo con fuerzas para sacar nada de lo que aún hay, es inútil seguir luchando por algo que no estoy segura de poder defender, cuando todo me lleva a pensar que fracasaré en cualquier momento.

No resisitiría volver a ver como todos los que he querido me han reemplazado sin siquiera decirme adiós, aún sabiendo que podría pedir mucho más por como me entrego por sacarles una sonrisa.
Supongo que siempre seré el paño de lágrimas, esa persona a la que acudes sólo para compartir los malos momentos y te ayude a salir de ellos o te saque, directamente.
Tampoco debería sorprenderme, puede que mi malestar sea tan grande que sea incapaz de compartir los buenos, disfrutar de las alegrías que pueda brindarme la vida que lucho por seguir llevando.
Me gustaría poder ayudarme como lo hago con vosotros, saber decirme a mí misma lo que debo hacer y reconfortarme, de alguna manera, abrazarme a mí misma, visto que no hay nadie que pueda hacerlo por mí ni rogando de rodillas sobre cristales.
No volver a rebajarme sería una solución, dejarme guiar por el orgullo, no perdonar, ser tan egoísta como debería ser o la sociedad me muestra.
Salir de vuestras vidas es demasiado complicado para mí, porque no puedo continuar viviendo sin saber cómo estáis, sin ayudaros.
No puedo resignarme a haberos perdido.
Siempre seré para vosotros esa chica que deliraba y se indignaba cada vez que tenía ocasión, con sus discursitos morales y antisistema, o aquellos en los que pretendía empujaros a la vida y a sonreír.
Esa que escribía cosas sin sentido en un blog sólo para sentirse mejor pues hablando se explica peor que un niño de tres años, esa que tiene como confidente a la pared de su habiación cuando se acuesta, con la pintura resquebrajada de dar puñetazos y golpes hasta dejar sangrando los nudillos y las palmas de sus manos.

Un blog que en principio se dedicaría a escritos meramente artísticos se ha convertido en un diario que todo aquel que conoce la dirección puede leer, aunque sea sólo por criticar o pensar que soy la típica chica que se hace la víctima y espera a que alguien le solucione la vida.
La verdad es que no, me indignan y me queman esas personas.
Soy la típica chica que esconde las penas detrás de una sonrisa o de falsos estados de ánimo, que para la pregunta "¿Qué te pasa?" Siempre tiene una única respuesta: "Nada".
Con la pena y el dolor en la misma garganta, sin ser capaz de decir nada, porque simplemente, no sé.

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