4.6.11

La niebla no se había disipado aún, era tan espesa como de costumbre, era físicamente imposible divisar nada más allá de tu propio cuerpo.
Pero él sin embargo era capaz de hacerlo, vislumbraba con dificultad lo que le parecía un puerto.
El alba confería a esa mañana de entrada primavera un aspecto invernal y frío, la luz no era ni mucho menos cálida, todo se veía envuelto en lo que parecía humo blanquecino, espeso, la claridad era tan sumamente excesiva que dañaba la vista.
Sumándose a lo tétrico de la escena, el pequeño puerto que parecía acercarse tímidamente al ritmo que marcaban las olas, tranquilas y silenciosas, cristalinas cual espejo.
El único sonido que llegaba a los oídos de la abatida tripulación del barco, era el del crujir de la madera mojada. Los leves balanceos del navío invitaban al más dulce de los sueños, un sueño que a más de uno conduciría a la muerte, dulce, pero un final al fin y al cabo.
¡Quién cayera en tus redes, muerte, más allá de la sangre y el dolor que al otro lado de estos mares me aguarda!
Entonces, la única persona consciente en ese momento sobre la cubierta, se da la vuelta y mira al horizonte que se aleja, preguntándose si qué no le permitió en otras ocasiones tirarse por la borda como otros tantos lo hicieron.
¿Fue el valor o la cobardía?
¿La fuerza que los años le dieron para seguir aguantando y luchando o el miedo al dolor del agua fría clavándose como dagas en su pecho?
En realidad, cree que a lo largo del tiempo ha confundido dichos conceptos y no es capaz de salir de los recuerdos que le nublan.
Vuelve a darse la vuelta, para contemplar el futuro que le espera. La orilla, una nueva vida en un lugar nuevo, desde cero.
Ya es demasiado tarde. Donde antes encontró tierra ahora sólo puede ver un abismo, una gran cascada a escasos metros del barco, destinado a caer y hundirse. Acabar en el olvido en el fondo del lugar a donde siempre, por más que evitó admitir, ha pertenecido.
El nudo que ahora apreta su garganta es tan fuerte como los de los cabos existentes, no hay vuelta a atrás, ya no tendrá que buscar más su destino, se encuentra en éste mismo instante sobre él.
Ahora tiene miedo.

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