19.5.11

Happiness, life and drugs.

La distancia un día dijo no y te llevó con ella.
El tiempo hizo cuenta de sí mismo y te envolvió en su olvido.
El dolor, pese a dañarte demasiado, no te hizo más fuerte, y entonces las agujas del reloj cambiaron de sentido.
Un segundo, un suspiro, ese instante que te separa de lo real hasta el momento pasa a convertirse en algo inexistente para dar lugar a los cálidos impulsos que hacen que te sumas en tu propia "realidad".
Las música recorre tus venas al tiempo que las notas ascienden a tus oídos de nuevo por medio de la sangre que impulsa un corazón que ha recuperado su ritmo, que perpetuaba su inercia hasta este mismo momento ¿Cuánto durará la vida esta vez?
Se escapará de nuevo el sentir de tus dedos trémulos, el invierno volverá a congelar tu alma.
El volumen de la melodía que te envuelve va descendiendo poco a poco, puedes sentir como tu ropa va calándose por segundos, todo indica a que tu despertar está próximo.
Ahora lo que te invade, son las dudas, el arrepentimiento...la sensación tan desagradable de no saber cuando volverás a "vivir".
Y derepente, silencio.Vacío.
Una luz pálida atraviesa tus pupilas, la cruenta realidad vuelve a cernirse sobre ti al ritmo lento que marcan ahora las velas...sopla, pide un deseo. Pídele al viento que no vuelva.
Las gotas de sudor recorren con parsimonia los surcos que crea tu piel, no paras de pensar si algún día podrás volver.
Sufres, te desesperas, con la tranquilidad que ésto trae consigo, la resignación del querer y no haber podido.Ya es tarde, estás despierta, ahora , regresa.
Te incorporas, alzas la mirada¿Qué hora será?¿Se habrán roto ya las bases de tu mundo de cristal?
Así es, no queda nada, no queda nadie, no hay nada que mirar, sólo queda el levantarse y aguantar hasta el final.

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