No habrá nada que esperar cuando la solitaria y serena llegue a su fin,tus esperanzas seguirán tan rotas como ahora, tal como las mías, tal y como las dejaré.
La tormenta llega a su fin, la arena del reloj lleva demasiado tiempo en mi contra,me he perdido en ésta decadente y sin sentido primavera,los pájaros ya no cantan al compás de nuestros anhelos,
el sol no nace de oriente, no aporta calor, su luz es cada vez más pálida, nada queda de ese placentero amanecer, el agua sigue corriendo, sin pausa, sin sentido, sin rumbo...Turbia, turbia debido a las mentiras, congelandose poco a poco, quedando grabadas en el hielo todas esas promesas rosas...quedando yo atrapada bajo ese agua congelada, contemplando a través de él, helándome también, el caos que envuelve a nuestro jardín de las delicias...
No soy capaz de esperar, despierta, deja de soñar...déjame volar.
Vuela, pero no conmigo, no es posible.Tú no quieres.
No quieres y me haces creer lo contrario...ya no es necesario, puedo vivir sin ilusiones falsas, puedo vivir sin sueños rotos, ya puedo estar sin ti.
Aún no quiero estarlo...
Me pregunto qué es lo que piensas, pero mi valor se esconde en mis labios, y me impide formular los interrogantes por el miedo a su respuesta...Por el miedo a la veracidad de éstas...En definitiva, porque ya no sé que es la realidad.
Mi realidad, que un día robaste y destrozaste...
Como si hubieses imantado mi brújula, ya no es posible saberlo.
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