El dulce sabor del nunca jamás.La liberación del huir, del escapar, del saber caminar sin mirar hacia atrás.
La valiosa incertidumbre que proporciona el sentir que por más vueltas que dieses no tendrías dónde ir.
Enterrar el miedo, reutilizar la ira, sin preocuparse del quién y por qué te mira.
Mirar hacia el cielo, y preguntarle por qué estoy sola y aquí perdida.
Es hora de escucharse, dejar de culpabilizarse, de sentirse realizado con todo lo que uno hace.
Es tiempo de cambios, de avance, de por muy tópico que suene...Sudor, lágrimas y sangre.
Nunca tuve que preocuparme de "Los Problemas de Verdad"...Decidí ocuparme por entero a ellos, ya no hay marcha atrás.
No pude despedirme y éste no es uno de mis objetivos, quien me ame que recuerde o me pierda en el olvido.
Sabré liberar mis memorias cuando esto sea necesario...quizás el momento llegue ahora mismo, prefiero esperar un rato.
Misérrimas respuestas para el tan gran interrogante...¿Dónde se ha escondido lo que me caracterizaba antes?
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