13.9.11

20 seconds left.

Antes de comenzar la entrada de hoy, aprovecho para deciros que la voz de ésta mujer me ha encantado, y su personalidad también, no soy su fan pero ésta canción no puede faltar en mi lista de reproducción ahora mismo.


Vuelvo a ponerme sentimental como muy de costumbre con ésta última entrada.
Y como es raro en mí, ¡Le he puesto título!: 20 seconds left. Es un fragmento de una historia que terminé hace años y nunca saldrá a la luz, por ser demasiado infantil.
Aviso del destacable cambio de redacción del mismo y las incorrecciones lingüísticas que podeis encontrar.

Aún debo cuestionarme si mi decisión es la correcta y no me siento con las fuerzas que me harían capaz de soportar los 20 segundos que restan para que el tren cierre sus puertas.
No tengo claro, en este momento tan cercano al desenlace, si soy yo la que marcho, o la que permanecerá en el andén hasta que el último vagón desaparezca allá donde no distingo las vías.
Quisiera arrojarme directamente sobre ellas ahora mismo, atarme a ellas para que mi absoluta cobardía no me permita escapar.Perder mi mirada en el cielo antes de cegarme para siempre.
Basta.No más lamentos, es hora de alejarte, de borrarte. Quizás debí dejarte en un simple atisbo de curiosidad finalmente olvidada.
Pero la inconsciencia en ese momento me lanzó directamente a un verdadero Caserón del Terror.
Bueno, al menos para las carentes de experiencia en estos casos, como yo.
No quiero seguir teniendo estos pensamientos, centrémonos en lo importante.
Antes, dejaré que éste asqueroso café me abrase la garganta, para no poder gritar tu nombre, ni llamarte, ni repetirte que te quiero nunca más.
Porque está decidido que voy a dejar de hacerlo, y que lo voy a conseguir, pasen los días que tengan que pasar.
No me imaginaba que tan pocos segundos daban tanto de sí.
Me armaré de la soberbia para que no puedas verme sufrir, y en el caso de que no pueda mantenerla,
me quedan éstas gafas que cubren prácticamente toda mi cara. Me doy pena, que es lo más triste. A todo el mundo le produzco la misma sensación, menos a ti. No me gusta que me compadezcan, pero necesitaría que tú lo hubieras hecho en algún momento.
Se acabó el tiempo, por fin, y te sigo manteniendo la mirada, incluso con los cristales de por medio.
Los pitidos ensordecen mis oídos, comienza a oírse el metal chirriando, el tren comienza a moverse, demasiado lento al principio.
Al fin aumenta la velocidad, y te pierdo, para siempre.





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